viernes, 11 de septiembre de 2015

EL DISCRETO DOCTOR SAMPER.


 
POR: RAÚL  PACHECO  BLANCO.

 
Si alguien ha dado muestras de ponderación, de discreción y de armonía consigo mismo en la actual crisis  colombo venezolana ese ha sido el doctor Ernesto Samper. Nadie puede lanzarle una sola acusación por haber utilizado lenguaje desmedido al  dirigirse al presidente Maduro de Venezuela. Todo lo contrario, lo ha tratado como se merece, como todo un jefe de estado, con el respeto que le brinda  la comunidad caribeña.  Y, desde luego, se ha mantenido en su puesto  como rector de una asociación de países que en buena hora han dejado en sus manos su administración y buena  fortuna.  Se ha portado pues, a la altura del cargo, tal como lo soñó en su momento el presidente Chávez, quien desde el cielo debe estar orando por la buena suerte  de su escogido. Se ha declarado neutral ante este problema de frontera, como era su deber, pues bien se sabe que Unasur fue creada para enfrentar  e ir dejando de lado a la Oea, en donde en otra época brilló  nuestro presidente Alberto Lleras, de muy grata recordación. Pero vemos ahora que no había necesidad de tanto gasto , pues con la sola Oea bastaba y sobraba para sacar adelante cualquier decisión a favor de Venezuela, como se acaba de constatar al no  reunir a los cancilleres americanos para tratar de mediar y zanjar el problema con Venezuela. Y no solamente el expresidente Samper ha sabido estar a la altura del cargo, sino que ha tenido que pasar por  encima de  sentimientos de consideración  tan acusados, como los vínculos que mantiene con nuestra actual canciller, María Ángela Holguín, al darle la espalda, pero eso sí, con tal  discreción y elegancia diplomáticas  que prácticamente no se ha notado. El país pues, tiene a partir de ahora una deuda de gratitud con el expresidente Ernesto Samper Pizano, quien perfectamente había podido apoyar descaradamente a Colombia pero no lo hizo, precisamente para guardar la dignidad del cargo que ocupa. Pero él no olvidó los principios que lo informan y que lo hacen merecedor del premio Nobel de la paz, pues otro en sus mismas circunstancias hubiera tomado partido por su patria, un país  llamado Colombia,  y en esas condiciones , hubiera puesto en grave situación la paz  con el país hermano, cuna de nuestro libertador Simón Bolívar. Y se convierte en un símbolo de pulcritud burocrática y en  paradigma para países como Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Argentina, Bolivia,  que actualmente disfrutan de verdaderos gobiernos democráticos.

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