viernes, 21 de agosto de 2015

QUE LA GUERRILLA CONSTRUYA VIVIENDA POPULAR



POR: RAÚL  PACHECO  BLANCO.

 

Ya  contamos con mejores elementos de juicio  para  encontrar  la fórmula que nos lleve  a  que la guerrilla entre  a pagar sus delitos. Descartada la cárcel como sanción, una vez escuchadas las voces de muchos jueces internacionales, quienes le encuentran validez a las penas alternativas que no conlleven la privación de la libertad, bueno es explorar  esos caminos : por ejemplo, que la guerrilla una vez finalizado el proceso de paz, entregue por una parte todo el dinero que tiene invertido en múltiples propiedades muebles e inmuebles y acciones en el sector financiero y,  que esos dineros  sean invertidos en la construcción de vivienda popular. Los guerrilleros se convertirían en obreros de construcción y adelantarían todo un gran proyecto debidamente planificado en las distintas regiones del país. Este hecho seguramente sería aceptado por la justicia internacional como una alternativa viable de justicia transicional. De otra parte, la guerrilla no podrá negarse por cuanto no solamente no pagarán cárcel, sino también intervendrían en política, que según dicen ellos era el objetivo central de su acción guerrillera. Ha quedado la sensación, después del pronunciamiento de  jueces internacionales en donde hablan del papel subsidiario de la justicia internacional, de no interferir procesos tan importantes cuando está  de por medio un derecho tan relevante  como la paz, dejando la sensación si, de que la justicia internacional cumple más una función política que judicial y que se ampara más que todo en un derecho dúctil, manejable,  y  no uno riguroso en donde no quede un  asomo de salida. Lo cual indica también, lo peligrosa que puede ser una justicia de este tipo, en donde pone en juego muchos condicionamientos, en donde todo lo relativiza y en donde el derecho sólo puede actuar en muy específicos momentos, o en muy específicos hechos. Por una parte es bueno para el proceso de paz esa ductilidad, pero queda sujeto también al vaivén de las condiciones políticas para que los tribunales internacionales se pronuncien. Porque mucho se habló sobre la creación de la Corte Penal Internacional y de la Comisión de derechos humanos,  precisamente para ponerle punto final a las amnistías  e indultos y toda clase de arreglos internos que muchas veces se llevaban de calle el derecho internacional. Aprovechando pues esta coyuntura, nos podría servir de punto de referencia para intentar una solución como ésta de que la guerrilla pague con trabajo en la construcción de vivienda y en la utilización de sus dineros para tal objetivo.

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