POR: RAUL PACHECO BLANCO.
La extrema derecha en Francia viene desde los tiempos de Josep
de Maistre y Bonald, quienes se opusieron a las ideas de la revolución
francesa, pero en términos reaccionarios, no aceptando nada de lo que no fuera
la tradición monárquica. En Inglaterra hacía lo propio Edmundo Burke, pero él
venia del liberalismo, de los whigs ingleses.
Más adelante entraría en juego Charles Maurras, lo mismo que Maurice Barres, ya cuando se iniciaba el siglo XX y aquí en Colombia los partidos buscaban su
ideología, cargados hacia el marxismo el liberalismo y cargados hacia el
fascismo los conservadores. Los Leopardos
eran barresianos, mientras que Laureano Gómez era maurrasiano. Pero Alvaro Gómez
no siguió a su papá sino terció hacia predios más liberales para buscar una aceptación que no lograba como hijo del “monstruo”
y llegó a mostrar su talante democrático al aceptar la
constitución de 1.991 . Y por parte de los leopardos bien pronto quemaron sus
naves fascistas y falangistas y volvieron al conservatismo. De ahí no surgió un heredero que continuara la lucha del grupo.
La extrema derecha quedó en el olvido. Y vino a resucitar por los lados del liberalismo,
cuando Alvaro Uribe decidió irrumpir
solo contra las fuerzas tradicionales de su partido y logró imponerse. Ya en el
gobierno, aglutinó las fuerzas de esa
derecha extrema venida tanto del liberalismo como del conservatismo. El origen
finquero de Uribe, de rancio terrateniente, lo colocó al nivel del paramilitarismo, del
cual se sirvió en un principio pero luego lo recogió y lo expatrió para que lo juzgaran los gringos. Además su
origen antioqueño, religioso a morir lo hizo apartarse de la larga tradición
liberal atea y anticlerical. Así que esa
derecha extrema con arraigo rural, fe religiosa y amparo a la propiedad, se
recompuso y amenaza acabar con el partido conservador. De ahí que esas fuerzas tengan una carta a jugar para
el siguiente periodo presidencial con el
Procurador, que tiene el mismo talante político y religioso del uribismo. Jean
Marie Le Pen, un paracaidista de la segunda guerra mundial, fue quien tomó las viejas banderas de la extrema derecha francesa
en su lucha contra inmigrantes y judíos,
pero dándole por otro lado un tinte populista ya en manos de su hija Marine Le Pen. Esta ha querido poner
en práctica una especie de peronismo y llegar a
convertirse en una Evita Perón, acercándose a los humildes, poniendo el
estado a su servicio . El caso de Uribe en Colombia es como si en Francia se
pasara del ala liberal del gaullismo un Valery Giscard D. Estaing a la extrema derecha.
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