POR: RAUL PACHECO
BLANCO.
En principio uno diría que fue una tremenda irresponsabilidad
del presidente electo Andrés Pastrana de irse solo hasta la selva a encontrarse
con Tirofijo, por la facilidad con que hubiera podido ser secuestrado y poner
en aprietos el gobierno de Ernesto Samper. Pero a su vez hubiera sido tremendo
error de la guerrilla haberlo secuestrado, pues toda la comunidad internacional
con todos sus gobiernos se le hubiera
venido encima a la guerrilla y el desprestigio hubiera sido mayor. De otra
parte, Marulanda sabía tras de lo que iba y por lo tanto se podía dar el lujo
de dejarlo flotar por la selva pues estaba convencido de los jugosos dividendos
políticos que cosecharía con la zona de distensión y los conversatorios por la
paz. De haber logrado la paz Pastrana
hubiera pasado a la historia como el presidente de la paz y por lo tanto como
una especie de Mandela blanco. En el libro Memorias Olvidadas se narra pues, de
primera mano, cómo fue esa incursión a la selva acompañado apenas por su
consejero. Era una jugada audaz y de muchos efectos, tantos, que al fracasar el
proceso le dio vida propia a Alvaro
Uribe para adueñarse de todo un octenio y convertirse en el gran líder de la
derecha extrema. También viene allí la narración de su secuestro y como por
pura chiripa fue rescatado, cuando buscaban al procurador de ese entonces Carlos Mario Hoyos. Pero el grueso de todo está en el
proceso ocho mil, al revelar el nombre de la persona que le entregó los célebres casettes que hundieron al gobierno
de Samper y propiciaron el triunfo de Pastrana en las siguientes elecciones
presidenciales. Y, además, como gran chiva, reservada por mucho tiempo, la
carta que le enviaron los Rodríguez Orejuela a Pastrana, una vez que se hubo
consumado la traición de Samper al cartel de Cali al no seguirlo protegiendo
como lo estaba haciendo desde un principio. La amistad de Samper con el cartel
de Cali nace desde el secuestro de su hermano Daniel y en lugar de ir a pedir protección al
presidente de turno, o al jefe del Das, se fue a buscar ayuda del cartel de
Cali por intermedio de Alberto Giraldo, quien en un libro le reprocha a Samper años más tarde
y, cuando se encontraron en Cartagena, que por culpa de Samper , Giraldo había pasado
los peores momentos de su vida y Samper, con la ligereza que lo caracteriza le
contestó , pero te veo muy Alberto. Y Giraldo tuvo que irse a rumiar su rabia a
otra parte.
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