POR: RAUL PACHECO BLANCO
Leyendo la biografía de Bolívar escrita por Marie Arana, se
da cuenta de que Venezuela está tomada, no por los amigos del Libertador, que
la llamaron bolivariana, sino por los amigos del general Páez, el célebre león
de Apure, quien vivió en plan de furioso
nacionalismo.
Y en realidad de verdad, el que estaba fuera de lote y tenía
un concepto global de estos pueblos, era Bolívar, los demás, no pasaban de sus
propias fronteras de país, bien sea Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú o
Bolivia. En eso lo dejaron solo al Libertador, como en su final, cuando recorre
el periplo hacia San Pedro Alejandrino, para que cesaran los partidos y se
consolidara la unión, cosa que evidentemente no ocurrió.
Se trata de la más completa biografía del Libertador, en
donde no quedó espacio que no se investigara y trae a cuento multitud de hechos
que aparecían enterrados en la desmemoria bolivariana.
Todo comienza cuando los Bolívar en Venezuela se llamaban De
Bolívar, por títulos de nobleza que negociaban con la corona española y que les
dará cabida para que el niño Simón Bolívar a los trece años, sea recibido por
la realeza y haya conocido a Fernando Séptimo cuando también era niño.
El hecho de haber quedado a tan temprana edad huérfano y en
manos de sus tíos, le dará la oportunidad de conocer mundo, de codearse
con la realeza europea y se da el lujo
de tener su propio preceptor como Simón Rodríguez, mientras sus propiedades en
Venezuela le dan para sostener ese tren de vida, lo mismo que las minas.
Se casará muy joven con doña Teresa del Toro, cuya muerte
tan temprano lo dejará una vez más solo frente a su destino, que ya sentía
dentro, como lo era la independencia de
su país y de América.
Y vienen sus primeras luchas y conoce al precursor, a quien
sigue y pelea a su lado, hasta que cansado ya de luchar se echa con las petacas
y se las cobra Bolívar, cuando lo hace preso y lo entrega a las autoridades
españolas.
La historiadora nos pasea por uno y otro país, ya sea Venezuela,
ya la nueva Granada, donde Bolívar empieza a hacer sus primeros pinitos para
conseguir la independencia. Y le saca partido a la invasión napoleónica a
España, cuando el corso, engaña a Fernando VII y le pide permiso para pasar a
Portugal y se queda dentro de la España del borbón, a quien hace preso y empieza
a la dominación en manos de su hermano el célebre Pepe Botella, a quien hace
regente.
Admira también cómo las autoridades colombianas le dan carta
blanca al libertador para que empiece su lucha contra la monarquía española y
su paso por las demás repúblicas andinas, donde se le abren las puertas, bien
sea Ecuador, Perú o Bolivia.
Si bien la autora describe hasta el último acto en la vida
de Bolívar, no ahonda en su concepción política ni se adentra en lo que fue el
aporte suyo tanto al derecho como la orientación política que debían seguir los países recién
libertados.
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