domingo, 15 de agosto de 2010

LEYENDO A VILA MATAS.


















POR: RAUL PACHECO BLANCO:

No había leído nada de Vila Matas. En realidad los escritores españoles se opacaron un tanto y la literatura latinoamericana había subido de nivel con la generación del boom. Pero ahora la cosa empieza a cambiar y aparecen escritores que dejan huella, como Cercas, Pérez Reverte, creo que a Díaz Safón lo tienen un tanto satanizado, y Vila Matas, para citar unos pocos. Y Barcelona se había convertido también en un lugar de encuentro de escritores de muchas nacionalidades. Así que España está recobrando su nivel. Llegué a la novela de Vila por el hecho de referirse a la obra de Joyce, que es la novela más compleja que se ha escrito hasta el momento y que bien vale la pena acercarse con alguna frecuencia para ir descubriendo cada día mayores cosas. Así que el interés en este caso fue subalterno. Más por Joyce que por Vila. Pero en fin. Ya metido en la novela el autor nos organiza un paseo a Dublín, el escenario de la obra de Joyce, a través de Riba, el editor, tanto para hacerle un homenaje a Joyce, como para celebrar la muerte de la era Gutemberg y darle paso a la era del internet y de la literatura de internet. A su vez, nos va dando su visión de Ulises, la obra de Joyce, para señalarnos que lo que quiso el escritor irlandés, fue relatarnos la vida común y corriente, convertir en protagonista lo trivial, lo repetible, a lo intrascendente y por eso el tiempo se dilata y se abre como una esponja, para tomar detalles insignificantes, de esos que no figuran en la historia. En la novela de Vila nos recrea ese mismo hecho en la vida de ahora, sometidos al ritmo del computador, como prometeos encadenados, pero con capacidad de soñar y fabular, como lo puede hacer un escritor metido en su alcoba .Esa misma intrascendencia se va reflejando en la literatura, que ya no será individual, sino que sepulta al autor intelectual y busca una creación colectiva. Como la que se está viendo en internet, cuando escritores de diversas partes ayudan a elaborar un texto, dándose turnos sucesivos hasta llegar a tejer la red completa. Es decir, una tarea colectiva y no individual. Alrededor de todo esto fabula Vila Matas, en donde muchos críticos han encontrado rasgos de genialidad y de creatividad que lo colocan al frente de la plana mayor de escritores españoles.
Quiero señalar que hago este comentario como simple lector y no como crítico. En realidad no conozco la obra de Vila y solamente me he acercado en esta oportunidad, llevado de la mano de Joyce, ese indescifrable escritor que reta a descubrirlo, a estudiarlo, a investigarlo. Pero como simple lector no entiendo toda esa serie de elogios que se tejen alrededor de Dublinesca, que es un divertimento para escritores y no una obra dura.

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