viernes, 26 de junio de 2009

¿ CUAL SANTANDEREANIDAD?

POR: RAUL PACHECO BLANCO.

Los pueblos tienen que fundarse sobre bases sólidas y no sobre arenas movedizas.
Por eso yo me pregunto : ¿ qué es ése cuento de la santandereanidad?. Sobre todo en base a qué se puede aspirar a que nos sintamos fundados por gentes que fueron inferiores a su destino y que no alcanzaron esa tal gloria que se pregona. ¿ Qué es ese cuento de que los Comuneros son expresión de un pueblo que empezó a serlo precisamente con ellos, dado su decidido talante?. ¿ Cómo se puede fundar un pueblo por una manada de sinvergúenzas que se levantaron contra las autoridades españolas, aprovechando que el virrey se encontraba en Cartagena disgustado con el rey Carlos III , por haberlo privado de facultades para dárselas al alcabalero de Gutiérrez de Piñeres , quien venía en la búsqueda de dinero para financiar la guerra contra Inglaterra, alegando que se iba a defender la plaza de los posibles ataques de los piratas.? Sinverguenzas que tienen nombre propio como José Antonio Berbeo, que jugó sucio desde el primer momento , que dejó sentado en Notaría que él actuaba presionado por la chusma y no por su propia voluntad, pero aprovechó la coyuntura para hacerse al cargo de alcalde del Socorro, que era la gran aspiración de su vida. Sinverguenza como don Salvador Plata , quien lloró y ofreció hasta dinero a los Comuneros para que no lo hicieran capitán de la revuelta, ni lo obligaran a levantarse contra la Corona que le mantenía su bien surtida provisión de esclavos y sus haciendas y propiedades. Y se hizo el pendejo cuando su cuñado Berbeo le hizo ver los verdaderos propósitos que lo movían a actuar , para luego congraciarse con la Corona pagando de su propio bolsillo la captura de José Antonio Galán y entregarlo en bandeja de plata a las autoridades españolas, para que lo descuartizaran y exhibieran sus partes en medio de la infamia general. Igualmente José Antonio Galán que traicionó a Berbeo y a la revuelta en general , dedicándose al saqueo antes de ir a Honda a cumplir las órdenes recibidas de capturar al recaudador Gutiérrez de Piñeres y escribir una carta infamante a éste para que huyera y se perdiera, como en efecto lo hizo, navegando hacia Cartagena. Y cuando quiso enmendar la plana ya era tarde , porque el pueblo mismo se acobardó y le dio la espalda en vista de que el virrey ya había mandado tropas para detener la revuelta y temiéndole al delito de lesa majestad?. Así que el mejor destino de Panachi no es borrarlo del mapa, sino cambiar protagonistas .La verdadera santandereanidad se debe construir desde la generación de l.920, cuando se armonizaron las relaciones salvajes que antes se mantenían y se civilizaron las costumbres, empezando a vivir en racionalidad, asimilando el discurso que no pudieron asimilar los radicales y menos los independientes, como Solón Wilches, a excepción de don Aquileo Parra, que si dio el tono y la altura.
Ahí ya se adoptaron patrones ilustrados que aceptaron elementales normas de conducta ciudadana.
Por eso en lugar de poner a los Comuneros , a Berbeo, a Galán y compañeros, colocar allí a personas como Manuel Serrano Blanco, Gabriel Turbay, José Camacho Carreño, Jaime Barrera Para, Tomás Vargas Osorio, José A. Morales, Horacio Serpa, Pedro María Buitrago, Rodríguez Naranjo y Segundo Agelvis, Carlos Ardila Lulle, Domingo Arenas y las reinas de belleza que han sacado la cara por la raza. Esos si creadores de riqueza, intelectuales y politicos, cultivadores del arte, representantes ahí si de una cultura que quiere serlo. Y no los facinerosos que solamente buscaban la rebaja de impuestos y los radicales e independientes paranoicos que solo ambicionaban que los nombraran generales de apuro, como lo señala Gonzalo España en sus obras.
Ahí sí se puede hablar de un pueblo con su propia cultura e identidad, dedicado a la vida fecunda y no al saqueo y a la guerra.
Por eso es admirable ver al santandereano de hoy trabajando en lo suyo. Verlo al caminar por Bucaramanga, entregado a su pequeño negocio, a fundar centros de salud, universidades, en donde todos trabajan, se educan abren fuentes de empleo, todos en lucha por labrarse un destino en medio de las dificultades , sin invitar a guerras civiles, ni levantamientos que no conducen sino al aprovechamiento de los más vivos.
Sobre eso se puede construir un pueblo.

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