viernes, 18 de abril de 2008

LA CRISIS DEL CONGRESO

Por: Raúl Pacheco Blanco

En cuanto a la crisis del Congreso hay posiciones encontradas. Unas de carácter jurídico que sostienen que el Congreso no puede ser cerrado porque no existe la norma que lo autorice. Otras de carácter político queriendo aprovechar el río revuelto para ganar el partido desde los escritorios y no en la cancha de juego. Otras extraconstitucionales mediante la convocatoria del constituyente primario. En fin.
Pero si analizamos el fenómeno, podemos darnos cuenta que las curules en la cárcel están en minoría ante las que se conservan y que lograron una elección válida.
Luego a la luz de la democracia debe primar ese número mayoritario de parlamentarios que realizaron sus campañas llenando todos los requisitos de ley. Sería una injusticia el declarar ilegitimo un Congreso porque la minoría de los parlamentarios fueron elegidos por los paramilitares mediante métodos de coacción. Tampoco resulta procedente la solución aportada por algunos parlamentarios de esperar a un nuevo Congreso para aplicar la reforma política que se tramita. En cambio sí tiene ventajas y se acomoda a la realidad de las cosas, la solución de la “silla vacía” para sancionar al partido que eligió al parlamentario espúreo privándolo de esa curul.
Es una decisión equitativa que restablece las condiciones de un juego limpio electoral. Ahora, la solución extraconstitucional que adelantan algunos jóvenes recogiendo firmas puede ser avalada por la Corte, si los votos válidos obtenidos superan ampliamente los porcentajes señalados por la constitución para su reforma, pues ya aquí el constituyente primario se estaría expresando y por lo tanto desbordaría los límites de la misma constitución para imponer la voluntad del pueblo. La solución aportada por el Polo Democrático también es de corte jurídico pues mediante una Asamblea constituyente se puede disolver el Congreso, pero este mecanismo se debe preservar por su importancia, cuando se trate de cambiar la constitución, en el evento de llegar a algún acuerdo con la guerrilla para su incorporación a la vida civil. Lo que sí resulta incuestionable son las medidas que se tomen para sancionar este Congreso, que en parte fue elegido ilegítimamente poniendo en ejecución la fórmula de la silla vacía.
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